Siempre me ha intrigado la idea de leer la mente, pero nunca la he experimentado de primera mano.
Claro que hay veces en las que creo que alguien está pensando algo y después me dice que eso es lo que estaba pensando, pero esos momentos son pocos y distantes entre sí.
Entonces, ¿cómo podemos aprender a leer mejor la mente de las personas? Todo se reduce a entender su lenguaje corporal y reconocer cómo tu propio comportamiento afecta al suyo.
Hablar menos y escuchar más.
- Habla menos y escucha más.
- No interrumpas a los demás.
- No hables demasiado o aburrirás a tus oyentes.
- No hables demasiado poco, o no sabrán qué decir a continuación y no tendrán nada que aportar a la conversación.
Haz buenas preguntas.
- Haz preguntas abiertas.
- Cuando hagas una pregunta a alguien, es importante que su respuesta tenga más de una palabra. Haz preguntas que empiecen por «cómo», «qué» o «por qué». Este tipo de preguntas te ayudarán a obtener más información de la persona y le darán tiempo para pensar su respuesta antes de contestar.
- Formula preguntas que requieran más de una frase como respuesta. Este tipo de preguntas permiten a las personas hablar largo y tendido sobre algo que conocen bien y pueden hacer que se sientan cómodas hablando contigo, además de darles práctica para comunicar sus ideas verbalmente (lo que puede ayudar a revelar algunas cosas sobre su personalidad).
Observa si se sienten cómodos a tu alrededor.
Si quieres saber si alguien confía en ti, busca señales de que se siente cómodo a tu lado.
Si es así, es probable que confíe en ti y se muestre más abierto con sus pensamientos y sentimientos.
Por otro lado, si alguien parece sentirse incómodo en tu presencia (por ejemplo, si se mueve de un pie a otro o está inquieto), puede significar que no confía en ti o que no le gusta lo que está ocurriendo en ese momento.
En ese caso, pregúntate si ha habido algo en la conversación que le haya podido incomodar: un silencio incómodo o incluso demasiada conversación por una parte (¡tú!).
Copia su lenguaje corporal.
- Copia su lenguaje corporal.
- Fíjate en cómo se sientan, se levantan y se mueven por la habitación. Si dan golpecitos con el pie o se agitan con algo en las manos, seguro que están ansiosos por algo que está ocurriendo en la conversación.
- Fíjate en las expresiones faciales que delatan lo que alguien está pensando o sintiendo, como una sonrisa, el ceño fruncido o las cejas levantadas».
Refleja sus gestos, su postura y su tono de voz.
La empatía es la capacidad de comprender y compartir los sentimientos de otra persona. Se puede aprender, pero no es un talento innato.
Puedes desarrollar tu capacidad de empatía observando los gestos, la postura y el tono de voz de las personas cuando interactúan entre sí.
Estas señales no verbales te permitirán ver lo que sienten por los demás o de qué están hablando en un momento dado.
Esto te ayudará a entender cómo se sienten para que, cuando hables con ellos más adelante en la vida (e incluso antes), no haya malentendidos entre tú y los que te rodean.
Repite lo que acaban de decir o repítelo con tus propias palabras.
- Repite lo que acaban de decir.
- Repítelo con tus propias palabras.
- Repítelo de otra manera (por ejemplo, con menos o más palabras).
- Repítelo en un contexto diferente; por ejemplo, si alguien dice «Voy a dar un paseo», puedes responderle «Me parece bien» o «¿Estás seguro? Creo que pronto caerá granizo».
- Utiliza distintos tonos de voz para cada repetición; intenta utilizar la inflexión además del volumen para comunicar el significado sólo a través del tono (por ejemplo, decir «Me voy» con un tono alegre puede significar algo distinto que decir la misma frase con un tono plano y monótono).
Intenta anticipar cómo reaccionarían en una situación determinada en lugar de reaccionar como lo harías tú.
Cuando intentes leer la mente de alguien, es importante que te pongas en su lugar. Piensa en cómo reaccionaría si estuviera en tu lugar.
Intenta ver las cosas desde su perspectiva e imagina lo que la otra persona quiere o necesita oír.
Si conoces a la persona lo suficiente, piensa cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que os visteis, cuántas conversaciones se han mantenido desde entonces y si ha cambiado algo en alguna de las partes desde entonces (por ejemplo, un nuevo trabajo).
Cuanta más información tengas a tu disposición cuando intentes adivinar los pensamientos o motivaciones de otra persona, más fácil le resultará entender por qué alguien actuó como lo hizo sin disponer de toda esa información de antemano.
Puedo aprender a ser empático aunque no me resulte natural.
La empatía es una habilidad que se aprende. Puedes practicarla y así serás capaz de empatizar con más personas en tu vida.
Primero, identifica a alguien cuya perspectiva te gustaría comprender mejor. Luego pregúntate: ¿Qué quiere esta persona? ¿Cómo describiría su situación? ¿Qué necesita de mí en este momento? ¿Cuáles son sus sueños y esperanzas para el futuro?
Si yo estuviera en su lugar, ¿cómo me sentiría ante lo que está sucediendo a mi alrededor? Después de responder a estas preguntas lo mejor que puedas sin juzgarte ni culparte (no pasa nada si te lleva algún tiempo), comprueba si hay puntos en común entre las respuestas de ambas partes que puedan ayudarnos a entendernos mejor y a actuar en consecuencia.
Conclusión
Siguiendo estos consejos, puedes aprender a leer la mente de alguien fácilmente. No hace falta ser un experto en leer el lenguaje corporal o interpretar el tono de voz.
Todo lo que necesitas son algunos consejos básicos sobre cómo comunicarte mejor con la gente para que confíen más en ti y te quieran más.
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