ay muchos problemas con el sistema educativo en Estados Unidos.
El primer problema que se plantea es que el panorama de la educación ha cambiado, pero no la forma en que educamos a nuestros hijos.
El segundo problema es que como el sistema educativo no ha cambiado con los tiempos, es más difícil para los educadores adaptar las experiencias de aprendizaje a cada estudiante porque hay muchos enfoques y ritmos diferentes.
Además, tienen que obtener buenos resultados y mantener una nota media alta para acceder a la universidad.
Este enfoque de la enseñanza y el aprendizaje no les preparará del todo para un mundo en constante cambio.
Nuestro sistema educativo actual ahoga la creatividad, fomenta la memorización y no se fomentan las habilidades de pensamiento crítico
El primer problema que se plantea es que el panorama de la educación ha cambiado,
La forma en que educamos a nuestros hijos no ha cambiado, pero el mundo que les rodea avanza a un ritmo vertiginoso.
Tenemos que cambiar la forma de educar a nuestros hijos para que estén preparados para este nuevo entorno.
pero la forma en que educamos a nuestros hijos no lo ha hecho.
El sistema educativo no ha sabido mantenerse al día. El sistema educativo no enseña a los niños a pensar, ni a ser creativos o críticos.
El segundo problema es que, como el sistema educativo no ha cambiado con los tiempos, es más difícil para los educadores adaptar las experiencias de aprendizaje a cada alumno porque hay muchos enfoques y ritmos diferentes.
Los profesores se ven obligados a enseñar al medio y no pueden adaptar su estilo de enseñanza en consecuencia; por lo tanto, los alumnos pueden quedarse atrás o quedarse rezagados en su clase si no tienen interés en lo que se está enseñando en ese momento concreto.
Además, como hay tantos métodos diferentes de enseñanza y aprendizaje, los profesores a menudo se ven incapaces de acomodar a todos los tipos de alumnos dentro de un mismo aula.
Esta falta de flexibilidad del sistema educativo dificulta el aprendizaje de algunos alumnos que no encajan en los modelos tradicionales (como los alumnos visuales) o tienen necesidades especiales, como el trastorno por déficit de atención (TDA).
También deben obtener buenos resultados y mantener un promedio alto para poder ingresar en la universidad.
La presión para obtener buenas notas es enorme.
Además, la presión para entrar en la universidad es enorme, así como la presión para conseguir un buen trabajo después de graduarse.
Esto puede causar estrés a muchos estudiantes que sienten que no están a la altura de su potencial o que no reciben suficiente ayuda de los profesores o de los padres en las tareas escolares en casa.
Además, cuando llegue el momento para estos estudiantes que han pasado por este riguroso sistema educativo y luego han seguido con sus vidas como adultos… ¡seguirán pagando sus préstamos estudiantiles hasta que se jubilen!
Este enfoque de la enseñanza y el aprendizaje no les preparará del todo para un mundo que cambia constantemente.
El sistema educativo no está preparado para un mundo en constante cambio.
Se enseña a los alumnos a memorizar hechos y cifras, lo que puede ser útil en algunas situaciones pero no les preparará del todo para un mundo en constante cambio.
Los estudiantes necesitan aprender a adaptarse y cambiar a medida que su entorno cambia a su alrededor.
Para que las capacidades de los alumnos en este ámbito del aprendizaje se desarrollen adecuadamente, los profesores deben enseñarles cómo pueden utilizar lo que han aprendido en diferentes contextos para que les siga siendo útil a lo largo de su vida, en lugar de limitarse a memorizar información y olvidarse de ella una vez finalizado un examen o una prueba.
Nuestro sistema educativo actual ahoga la creatividad, fomenta la memorización y no se fomentan las habilidades de pensamiento crítico.
El sistema educativo actual no está diseñado para fomentar la creatividad.
Está diseñado para preparar a los estudiantes para los exámenes estandarizados y la universidad, pero no necesariamente para el mercado laboral.
En la mayoría de los casos, se enseña a los alumnos a memorizar información en lugar de a aplicarla en diferentes situaciones o contextos.
Esto puede llevarles a una situación en la que se vean incapaces de pensar con originalidad cuando se enfrentan a nuevos retos u obstáculos en el trabajo o en la escuela, porque nunca antes se les ha formado de esta manera.
Si queremos dotar a nuestros hijos de habilidades para la vida real, tenemos que empezar a mirar más allá de la escuela.
Si eres como yo y como muchos otros que crecieron en los años 80 y 90, probablemente recuerdes que tu educación primaria fue bastante aburrida.
Te enseñaban a leer y escribir obligándote a memorizar historias que no tenían ningún significado para ti (me refiero sobre todo a los cuentos de hadas).
Luego estaban las matemáticas: nos taladraban la cabeza con las tablas de sumar hasta que se convertían en algo natural.
Y luego estaba la clase de ciencias, donde en lugar de aprender sobre lo que realmente ocurre en la naturaleza o cómo funcionan las cosas a nuestro alrededor (por ejemplo, cómo crecen las plantas), aprendíamos sobre átomos y moléculas, ¡porque esas cosas suenan bien!
Y por último: la clase de historia, donde los profesores nos contaban historias sobre presidentes y reyes de antaño… y luego nos hacían preguntas sobre esas historias para que pudiéramos aprobar los exámenes fácilmente sin entender nada (o sin que nos importara).
Conclusión
Nuestro sistema educativo actual ahoga la creatividad, fomenta la memorización y no se estimulan las capacidades de pensamiento crítico.
Si queremos dotar a nuestros hijos de habilidades para la vida real, tenemos que empezar a mirar más allá de la escuela.
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